Son tan adictivos que deberás esconderlos para evitar comerlos todos de golpe.

Ingredientes:
  • 250 gramos de frutos secos (crudos y sin cáscara).
  • 200 gramos de azúcar.
  • 150 gramos de agua.
  • Sal.
  • Guindilla en polvo (opcional).
  • Aceite de girasol.
ELABORACIÓN:

1- Ponemos un cazo a fuego medio con el agua y el azúcar. Cuando empiece a hervir echamos los frutos secos y removemos constantemente durante unos 4-5 minutos.

2- Pasado este tiempo los escurrimos, desechamos el almíbar y ponemos los frutos secos bien esparcidos sobre papel de horno ya que así no se pegarán entre ellos.

3- Ponemos un cazo a fuego suave con 2 dedos de aceite de girasol, cuando empiece a estar caliente vamos echando los frutos secos. Tendremos que ir rápidos ya que en poco tiempo veremos que nos quedan ligeramente tostados, entonces los iremos retirando con la ayuda de una espumadera y los vamos poniendo en un bol.

4- Cuando estén todos hechos echamos sal, un poco de guindilla en polvo y lo mezclamos con las manos (ojo que queman) para asegurarnos de que no queden pegados. Una vez fríos se pueden poner en un tarro de cristal, bien cerrado se mantendrán en buen estado durante muchos días.

SUGERENCIAS:
  • Nosotros lo hemos hecho con nueces pecanas y avellanas, pero podemos poner almendras, nueces, piñones o incluso cacahuetes o anacardos siempre y cuando los compremos crudos.
  • Si quereis hacer un postre cojonudo podeis mezclar estos frutos secos caramelizados con un buen helado de vainilla y un chorrito de ratafía. El resultado es demencial.