Escabechamos la parte más tierna del cerdo.

Ingredientes:
  • Una pieza de solomillo de cerdo de unos 500 gramos.
  • 2 dientes de ajo.
  • 1 rama de tomillo.
  • Bolas de pimienta.
  • Sal.
  • 500 c.c. de aceite de oliva.
  • 250 c.c. de vinagre de Módena.

Esta receta es idéntica a la del lomo en escabeche frío, pero en este caso lo hemos repetido cambiando la pieza de lomo por un solomillo de cerdo, consiguiendo un sabor muy similar pero con una carne más tierna. Para empezar, salamos el filete y lo ponemos al fuego con un poco de aceite en una cacerola pequeña. Lo marcamos por ambos lados durante unos 5 minutos. La cazuela no debe ser demasiado grande o en el siguiente paso necesitaremos mucho aceite para cubrir toda la pieza. Pelamos los ajos, los aplastamos y los echamos a la cazuela con el tomillo. A continuación cubrimos la carne con 1 medida de vinagre 2 medidas de aceite, es muy importante que quede prácticamente cubierta. Lo coceremos a fuego suave durante unos 3/4 de hora, si no nos ha quedado cubierta por completo, lo iremos girando. Una vez pasado este tiempo, retiramos la carne de la cazuela y la dejamos enfriar en un plato. Una vez fría retiramos el tomillo y los ajos y con los líquidos restantes podemos hacer dos cosas, dejarlo tal cual o bien pasarlo por la batidora eléctrica (en este caso no lo hemos hecho). Si lo pasamos por la batidora, no os altereis!, ya que la salsa cambiará automáticamente de color, quedando de un marrón claro y con una textura sedosa y muy cremosa. Cortamos la carne a rodajas finas y las ponemos en un recipiente hermético de vídrio. Esté batido o no, cubriremos la carne con el líquido de la cazuela, lo tapamos y dejamos en la nevera. Debemos dejarlo un mínimo de tres días antes de empezar a consumirlo.